Este período nos presenta propuestas de Educación Popular, del vínculo entre educación y política, sea bajo la afirmación de su carácter intrínsecamente político, o de que tiene una dimensión política, o de que es un instrumento para la transmisión de la teoría revolucionaria, o que es un vehículo de concientización o de desarrollo de la conciencia de clase. En todos los casos, de cualquier manera, este vínculo significaba impulso de la participación y organización democrática de los sectores populares en procesos de cambio social que constituían una aspiración generalizada en nuestra región.
Otra característica presente en este período es la capacidad de “reinvención” de los procesos, formas y modalidades de educación popular, para adaptar su sentido de fondo a circunstancias tan disímiles como formar parte de una propuesta de gobierno o, por el contrario, ser un factor de resistencia ante la represión de una dictadura.
Durante este período, la Educación Popular teje relaciones como una educación política que busca el desarrollo de la conciencia de clase y se vincula a procesos de transformación revolucionaria de la sociedad, será parte del sentido común que se compartirá y se debatirá con mayores alcances en la década siguiente.
